He estado varias veces en Cercedilla, pueblo del que tengo un grato recuerdo de unas vacaciones familiares hace ya mas de un par de décadas.
En mis recuerdos siempre estaban los helechos, algún riachuelo y la calzada romana que comenzaba en algún lugar donde acababa el asfalto y se perdía montaña arriba, entre pinos, hasta llegar al Puerto de la Fuenfría.
La última vez que estuve apenas hice unas pocas fotos sin demasiado interés, pero hace un mes tenía ganas de subir a la Sierra a hacer alguna ruta por lo que decidí volver a la Fuenfría y hacer fotos con las limitaciones de no tener un objetivo angular. Al final, opté por hacer la subida con un 50mm f1.8 y la bajada con el 70-300 f4-5.6, sin excepciones y sin cambiar de uno a otro sobre la marcha.
Obviamente son objetivos muy diferentes. El primero, muy luminoso, pero de focal fija, permite hacer fotografías con una luminosidad excepcional, y da mucho juego para hacer desenfoques y otros efectos. El segundo, un teleobjetivo, permite tomar fotografías a distancia y también da mucho juego para hacer primeros planos.
Pero ninguno de los dos me permite tomar fotografías que haría con un objetivo más angular, así que pocos planos amplios y casi nada de profundidad de campo. Esto me ha hecho volver a fotografiar detalles como hacía hace algún tiempo, y que últimamente había dejado de lado.
La ruta al Puerto de la Fuenfría arranca junto al área recreativa de Las Dehesas de Cercedilla y el Centro de Educación Ambiental Valle de la Fuenfría. Aunque hay varios caminos muy bien señalizados, decido subir serpenteando entre la Calzada Borbónica y la Calzada Romana, pasando de una a otra aleatoriamente. Además el trazado forma parte de una de las ramas del Camino de Santiago, que algún día me animaré a hacer.
La Calzada Romana que yo recordaba de mis vacaciones hace años en Cercedilla seguramente no era la misma que he recorrido ahora, pues durante años se ha confundido la Calzada Borbónica, construida en el siglo XVIII por Felipe V con el fin de tener una carretera que uniera directamente el Palacio de San Ildefonso con Madrid, con la Calzada Romana que discurría con un trazado casi igual, aunque con características diferentes.
Por suerte, varias investigaciones han podido determinar y recuperar los dos trazados. En cualquier caso, siguiendo las flechas amarillas o los círculos blancos de los árboles vamos bien, y siguiendo los demás colores seguramente también aunque mejor consultar en un mapa cual nos interesa más.
En el Puente del Descalzo, en el que varios pinos se han criado entre sus piedras, se juntan por primera vez las calzadas borbónica y romana. A partir de aqui la pendiente se hace más fuerte y cuesta un poco más subir por las piedras de la calzada hasta la Pradera de Corralillos, donde se vuelven a juntar las calzadas con la Carretera de la República.
En esta zona más plana se puede tomar un respiro, hacer unas fotos y observar un gran mapa grabado en madera nos indica todas las rutas de la zona.
Un rato después, bordeando el Arroyo de la Fuenfría por la calzada, se llega al Puente de Enmedio. La vegetación en esta zona se vuelve más colorida.
A continuación vuelve a incrementarse la pendiente hasta el último tramo que ya nos lleva hasta lo alto del puerto. Allí arriba me senté un rato sobre unas piedras a descansar, junto con montones de ciclistas y otros senderistas que se toman un respiro al llegar a la cima y deciden por donde continuar su ruta.
Tras el descanso inicio la vuelta desde el Puerto de la Fuenfría hasta el área recreativa de Las Dehesas de Cercedilla por la Carretera de la República, que es otra carretera construida entre la dictadura de Primo de Rivera y la Segunda República. Esta carretera, inacabada, no es más que una pista forestal con una pendiente suave, es uno de los itinerarios preferidos por la gente para practicar senderismo, jogging o subir en bicicleta.
La primera parada es el Mirador de la Reina, desde donde hay unas preciosas vistas panorámicas de todo el valle.
Más abajo unas escaleras suben hasta una fuente y se enlaza con el Camino Schmid. Entre muchos otros detalles que fotografiar, encuentro gran cantidad de mariposas en las flores.
Después de un rato llego a la Pradera de Navarrulaque, donde está el Monumento a los Primeros Camiantes, unos caballos que se cobijan del sol bajo la sombra de un árbol, una preciosa encina en honor de Giner de los Ríos y algo que me llamó mucho la atención: el Reloj de Cela.
Luego la carretera gira hacia el norte y la pendiente se hace algo más pronunciada. En la curva hay dos miradores, dedicados a Vicente Aleixandre y Luis Rosales, desde donde también hay unas vistas muy interesantes del Valle de la Fuenfría y de algunos de los picos más importantes de la Sierra Madrileña. En lo alto se ve la Bola del Mundo.
Cuando el calor comienza a ser sofocante, el sol en lo más alto, las tres de la tarde pasadas y sin comer, llego por fin a la Pradera de los Corralillos donde por fin encuentro algo más de sombra hasta llegar al coche. En total, parando para hacer fotos, estuve caminando unas 4 horas y media. ¡Espero que os hayan gustado las fotos!
10 Comments
ale de Viajar Cueste lo que Cueste
hermoso recorrido de la senda, espero hacerla algun dia, me encantan tus rutas
la foto que mas me ha llamado la atencion es la mariposa que se mimetiza con las hojas u arbol, me encantaaa jajaja un abrazo viajero
Victor Ferrando
Muchas gracias Ale! Hacía tiempo que quería volver a este sitio. La Sierra de Madrid está plagada de lugares bonitos que tenemos que conocer! Un abrazo.
Javier Domingo
Como siempre eres fuente de inspiración y aprendizaje para mí. No sé apenas nada de fotografía (lo que has dicho de los objetivos y los angulares me suena a serbiocroata) pero me precio de hacer cada vez mejores fotos con una cámara mucho más sencilla, porque también se puede hacer mucho con unos buenos encuadres, jugando con las sombras, los ángulos… y en tus reportajes recojo muchas ideas.
Enhorabuena una vez más.
Victor Ferrando
Gracias Javier, como siempre me alegra leer tus comentarios y ser fuente de inspiración para tus fotos 🙂
Yo creo que no hace falta tener grandes conocimientos de fotografía, ni tener la mejor cámara del mundo para hacer buenas fotos, sino saber captar ciertos detalles que para otros pasan desapercibidos y lograr que tus fotos transmitan lo que tu ves o sientes.
Un saludo!
Alexandra - VerdenVoyage
Me gustan tanto tus fotos…el color, los encuadres…todo! Qué pena que vivas en Madrid, que si fueras de aqui no dejaría de pedirte sesiones y consejos jajaja (quizá tú ahora pensarás que menos mal que vives «lejos» eh :P)
No paras de un ado para otro…y yo llevo unos dias en los que apenas salgo de casa. ¡Debería ir aprendiendo!
Un saludo!
Victor Ferrando
Hola Alexandra! Pues que lástima no vivir en Barcelona, jejeje. Si volvemos a coincidir en algún sitio trataré de sacarte más fotos como aquella que tanto te gustó en Tarragona 😉
Anímate! Haz por salir aunque sea a sitios cercanos que encerrarse en casa no mola.
Un saludo!!
Edu y Eri
Nos unimos a lo que te ha dicho Javier. Cada post tuyo es una masterclass de fotografía, aprendemos un montón cada vez que entramos en tu blog. Y si además nos sirve para recordar sitios tan chulos como éste, mejor que mejor 😛
Victor Ferrando
Muchas gracias pareja, nuevamente me dejais sin palabras… y yo me alegro muchísimo de que volvais por aquí para ver más fotos y conocer o recordar sitios chulos 🙂
Un abrazo!
Carlos
Me ha encantado.
Victor Ferrando
Gracias Carlos, me alegro! 🙂