La escapada a Peñíscola que hice a primeros de noviembre ha sido una de las que más me ha gustado de los últimos meses. Hacía unos siete u ocho años que no estaba en la ciudad del Papa Luna y la verdad es que tenía ganas de volver a hacer unas cuantas fotos por sus calles y playas, así que aprovechando que estaba en Valencia celebrando mi cumpleaños con familia y amigos, quedé con un buen amigo para hacer una pequeña ruta por la Sierra de Irta junto a la costa y comer después en Peñíscola. Y fue todo un acierto pues la ruta resultó ser bastante bonita e hizo un día genial para tomar buenas fotos en el casco antiguo y el castillo tras degustar una buena fideuá.
Qué ver en Peñíscola en una tarde
La ciudad antigua de Peñíscola, la que rodea al castillo del Papa Luna, se encuentra en un tómbolo, que es una península rocosa antiguamente unida a tierra tan solo por un istmo de arena que en ocasiones se inundaba conviertiendo la ciudad en una isla. En la actualidad, con el puerto y los edificios más modernos es imposible que se inunde pero hace unas cuantas décadas aún era posible que sucediera.
Peñíscola es un pueblo típicamente mediterráneo con mucho encanto, ideal para pasear tranquilamente pos sus calles empedradas, visitar su bonito castillo con vistas al mar, tomar algo en una tranquila terraza, comprar en sus puestos callejeros y tiendas de artesanía, y esperar a que caiga el sol, tiñendo durante un rato todo de colores entre anaranjados y rojizos, transformando por completo el blanco de sus casas a tonos más cálidos hasta que por fin cae la noche.
El Castillo de Peñíscola es un sitio perfecto para practicar tanto la fotografía de lugares históricos como de personas, dada la amplitud de su patio de armas y la gran azotea sobre el cuerpo principal del mismo, que da a una calle llena de tiendecitas por una parte, y al mar por otra. Me pareció divertido poder captar a la gente asomándose, así como robar alguno de los posados que improvisadas modelos hacían a sus fotógrafos.
Además del castillo, que fue construido a finales del siglo XIII sobre los restos de una alcazaba árabe, en la parte antigua existen unas murallas construidas entre los años 1576 y 1578, y tres puertas de entrada: el Portal Fosc o de Felipe II, el Portal de San Pedro o del Papa Luna, y la puerta de Santa María que es más moderna, del siglo XVIII.
En la actualidad, como suele pasar en la mayor parte de la costa mediterránea, el sector turístico representa el principal motor económico de la ciudad, por lo que fuera de la zona antigua no creo que haya mucho más que edificios de apartamentos a pie de playa, pero el conjunto merece la pena.
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5 Comments
Arantxa
¿Cuál es tu truco para que sea bonita hasta una foto con dos sillas que pone Mahou? Porque vamos, yo hago esa foto y lo mínimo que queda es cutre xD
Yo tengo muchas ganas de ir a Peñíscola, no voy desde que era pequeña y casi no me acuerdo de esa ciudad playera. Menos mal que me la has recordado 😀
¡Un abrazo Víctor!
Victor Ferrando
Jajaja! No hay truco, es casualidad que pasara por allí y viera un pequeño barquito a lo lejos entre las sillas… 😉
Pues ya va siendo hora de volver a Peñíscola, hay mucho que ver allí y en la zona.
Un abrazo!
Paco Piniella
Peñíscola es bonita pero con tus fotos más, son una maravilla.
Saludos viajeros
El LoBo BoBo
Victor Ferrando
Muchas gracias Paco. Saludos! 🙂
Angelica
Es hermoso!!! estuve ahí hace un par de años y la verdad me encantó, espero poder regresar pronto!