Cantabria es una caja de sorpresas. Si su capital es bonita y sus costas invitan al relax, sus verdes montes están plagados de rincones dignos de conocer. Aprovechando los tres días que estuvimos la pasada Semana Santa quisimos hacer alguna ruta de senderismo hasta algún paraje bonito y siguiendo las recomendaciones que nos habían dado días atrás decidimos ir en busca de la Cascada que hay bajo el Nacimiento del Río Asón.
La ruta en principio no es complicada, pero he de avisar que el último tramo no tiene nada que ver con el resto del camino y, aunque no creo que represente problemas para la mayoría de la gente que pueda ir, deja de ser un paseo por un camino prácticamente llano para convertirse en una subida entre piedras. Además hay que atravesar en un par de ocasiones pequeños caudales de agua sobre piedras, por lo que llevar calzado impermeable es más que recomendable por lo que pudiera pasar.
La ruta al nacimiento del Río Asón comienza un poco más arriba del pequeño pueblo de Asón, tomando el desvío que indica hacia las «Casucas de Asón» y aparcando en un lateral de la estrecha carretera antes de cruzar una puerta en la que te advierten de que las vacas pueden ser peligrosas. ¿Vacas peligrosas? Me pregunté cuando lo leí, y vale, no diré que pasamos situaciones peligrosas pero cuando una enorme vaca se te cruza en el camino, comienza a mugir y se dirige hacia ti con paso firme y ves sus cuernos afilados, lo que menos sientes es que no hay peligro. Al final la vaca pasó de largo y nosotros seguimos el trayecto riéndonos de la anécdota.
A la entrada nos recibió un hombre, ganadero seguramente. Amablemente nos invitaba a no hacer el recorrido caminando ya que desde la carretera, un poco más arriba, a unos tres kilómetros, se ve igualmente la cascada y nos íbamos a ahorrar más de dos horas de caminata entre piedras. Dudamos pero decidimos no hacerle caso. Hicimos bien yo creo, aunque no nos dio toda la información que podría habernos dado. Al final os lo cuento.
Poco más arriba hay algunas casas de piedra entre los verdes pastos, hasta que cruzas una puerta y el camino se estrecha y se introduce por zonas más pobladas de grandes piedras y árboles. Verde, hay mucho verde.
Después de una hora caminando por la ruta del Nacimiento del Río Asón empiezan las cuestas y las piedras. Nada exagerado pero ya deja de ser un paseo para convertirse en una ruta de montaña en plena naturaleza. A pesar de que el camino prácticamente desaparece es sencillo ubicarse siguiendo los postes marcados de blanco y amarillo del PR S-14. Lo que más me llamó la atención es que más de un ciclista subía por allí con más fuerzas que nosotros.
Y por fin llega un momento en el que se intuye la cascada. ¿Fin de trayecto? No, queda la parte más complicada. Hay que comenzar a subir piedras hasta que ves la cascada y entonces te das cuenta de que aún quedan bastantes más piedras por subir. Insisto en que no es complicado pero cansa más este último tramo que el resto del camino.
Finalmente se llega a donde cae la cascada del Asón. Allí se forma un pequeño remanso de agua cristalina y fondo de grandes piedras redondeadas. Seguramente en pleno verano un baño habría sido el mejor premio por acabar la ruta, pero en plena Semana Santa el agua estaba bastante fría para mi gusto, aunque a otros no les importó refrescarse allí mismo, o en otras zonas donde el agua fluye con calma. Aclarar que hay poca profundidad y seguramente el agua cae con bastante fuerza como para pensar en un baño allí, pero sí puedes refrescarte.
Al llegar de nuevo al coche quisimos comprobar cuales son las vistas desde la carretera y si bien es cierto que la cascada del Asón se ve, he de decir que no tiene ni punto de comparación con la sensación de plantarse a pocos metros del agua y sentir como te salpica en la cara. La decepción fue encontrar un poco más arriba otra entrada al camino que lleva a la cascada por el otro lado. Desde allí calculo que en lugar de caminar más de tres horas entre ida y vuelta, habríamos hecho un recorrido de poco más de una hora. Pero ya no hay vuelta atrás y creo que mereció la pena hacerlo como lo hicimos.
Las vistas de el agua cayendo y fluyendo después entre piedras, deslizándose en busca del cauce que posteriormente acompaña al camino, son sencillamente de lo más bonito que he visto en los últimos tiempos.
Para terminar, como había que reponer fuerzas, comimos un riquísimo Cocido Montañés y unos platos combinados en el restaurante Coventosa, en el mismo pueblo de Asón.
¿Dónde está la Ruta al nacimiento del Río Asón en Cantabria?
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3 Comments
Cristina E. Lozano
Bonita aventura y bonitas fotos 😉
Victor Ferrando
Gracias! Y gracias por sugerirme esta bonita ruta 🙂
Arantxa
Fíjate que hice una súper ruta este verano por Cantabria pero esto no lo conocía. Tengo pensado volver así que espero conocer esto del nacimiento del Asón! 🙂
Queda pendiente que nos tomemos un café, un besito!