Qué ver en una escapada a Londres

Hacía tiempo que quería escribir sobre Londres, una ciudad cosmopolita donde la multiculturalidad se respira en el ambiente allá por donde vayas, donde se vive a una velocidad de vértigo y la gente es, como mínimo, peculiar. Visitar la ciudad me encantó, estuve cinco días viviendo en una casa de estilo victoriano en el bonito barrio de Portobello y durante ese breve espacio de tiempo me sentí casi como un londinense más, no como un turista, que también, pero fue curioso ver y conocer la ciudad desde dentro, acompañado por alguien que en aquel momento residía allí, y que me enseñó qué ver en Londres y literalmente cómo se vive allí, desde el transporte público hasta la compra en el supermercado pasando por los imprescindibles de la ciudad.

Qué ver en Londres, resumen de mi primera experiencia en la capital de Inglaterra

A pesar de que la experiencia fue intensa y muy interesante me quedaron muchos lugares de Londres por ver. Dediqué una buena parte del tiempo que pasé en la ciudad a visitar los clásicos mercados de Candem Market, Covent Garden, o el mercado de antiguedades de Portobello Road, con calma, curioseando y comprando, lo que me quitó tiempo de conocer otros lugares turísticos pero añadió un punto de autenticidad al viaje. Eso sí, los días pasan volando, y los billetes también se pueden ir volando ya que es muy tentador comprar en estos mercados.

Moverte por la ciudad en transporte público es bastante fácil, una vez entiendes como funcionan las tarjetas recargables y averiguas cual es la que más se ajusta a tus necesidades. Además la primera impresión del mapa de metro de Londres es que has entrado en un laberinto, pero si te fijas bien es bastante intuitivo y la mayoría de zonas importantes de la ciudad y alrededores están perfectamente comunicadas mediante su gran red de metro. Los autobuses son lentos pues las distancias son muy grandes, pero subir en los típicos autobuses rojos de dos plantas es algo que no te puedes perder, además es una buena forma de ver la ciudad. Moverte en táxi es caro, pero si tienes prisa es la mejor opción.

Además de comprar, en Londres puedes visitar algunos de los mejores museos del mundo. Una visita obligada es el British Museum o Museo Británico, donde tienes dos opciones, o lo ves todo rápido en dos o tres horas, o lo ves con calma con lo que puedes pasarte el día entero, y seguramente al día siguiente quieras continuar o repetir. Yo sólo pude estar visitando el museo una mañana, unas cuatro horas, y me faltaron otras tantas. Lo bueno es que en Inglaterra casi todos los museos son gratis, salvo algunas excepciones como los de los clubes de fútbol o el The Beatles Story de Liverpool, y puedes hacer fotos! Tampoco me perderé la próxima vez el Museo de Historia Natural, la National Gallery, o el Tate Modern, entre otros museos interesantes de Londres.

Los parques y jardines de Londres también son muy bonitos. Especialmente considero que no hay que perderse Hyde Park, Regent´s Park o Kensington Gardens, además del Brompton Cemetery, todo un clásico de los cementerios que no me pienso perder la próxima vez que vaya.

Un paseo nocturno por el centro de Londres, Picadilly Circus y Trafalgar Square, o bajando hasta el Big Ben y bordeando el Támesis por cualquiera de sus dos márgenes también es algo imprescindible. Subir al London Eye es opcional, y es que no es nada barato, unas 20 libras, pero por las impresionantes vistas que tienes de toda la ciudad merece muchísimo la pena. La próxima vez que vieja a Londres subiré de día para ver la diferencia.

Otra opción para cuando cae la noche es ir a China Town a cenar, o meterte en alguno de los muchos pubs o clubs que salpican el centro, y comer algo mientras te tomas unas pintas. En algunos hay música en directo y largas colas para entrar, por lo que si no es verano y no vas bien abrigado, pasarás frío, y luego pasarás mucho calor en su interior. Comer y beber en Londres no es barato, y la gastronomía no es muy exquisita si no quieres gastar una buena parte de tu presupuesto en comer.

El Cambio de Guardia es otra de las cosas típicas que nadie quiere perderse, pero ojo, en cuanto caen cuatro gotas lo suspenden, por lo que si ves que hace mal tiempo no vayas o te pasará como a mi, que perdí media mañana para ver como pasaban desfilando a toda prisa, y ya sabemos que en Londres es fácil que llueva.

Propuestas de ocio no faltan. Como en muchas otras capitales del mundo la oferta de musicales, teatro, etc. es muy amplia y para todos los públicos y gustos. En mi caso pude ver por primera vez el musical de El Rey León, en inglés, claro.

Los precios de los musicales en Londres no son baratos tampoco, pero realmente es una experiencia que recomiendo si se dispone de algo de tiempo libre.

Lo que no pude ver en Londres

Ir a Londres y no ver de cerca el Tower Bridge o la Torre de Londres, no visitar el Palacio de Westminster o el de Buckingham, no entrar a la Catedral de San Pablo, y no subir al Big Ben, no es una visita completa. Además aun no estaban construidos los edificios que se hicieron con motivo de los Juegos Olímpicos de 2012 y seguro que la ciudad ha sufrido una transformación bastante importante. Por eso he de volver, sin duda, pero también volveré para comprar a sus mercados de antiguedades o sus tiendas de segunda mano, esto es algo que en España no entendemos demasiado y hay que vivirlo en primera persona allí. ¿Me volverán a faltar días? Seguro que sí, pero como siempre, tendré que volver una vez más.