Hace poco estuvimos pasando un fin de semana en el bonito pueblo de Olmedo, y aprovechamos para conocer otros lugares interesantes en las cercanías, por lo que decidimos reservar una visita a las Bodegas Yllera, en la localidad de Rueda.
Rueda es una de las regiones más importantes en cuanto a producción de vino de uva verdeja en Castilla y León y en España. En las cercanías hay varias bodegas de las marcas más importantes. Había que elegir una y optamos por esta pues nos llamó mucho la atención su impresionante recorrido subterráneo. El precio, 7 euros, no es nada caro para una visita de unas dos horas y media de duración, cata incluida. También puedes comer, hay menús de 40 y 55 euros visita incluida, pero nosotros preferimos ir a comer a Tordesillas y visitar este pueblo.
No somos grandes entendidos en vino pero para este año nos hemos propuesto, entre muchas otras cosas, visitar varias bodegas de distintas regiones y hacer algún curso de cata de vinos para mejorar nuestros conocimientos en la materia.
La visita comienza por las instalaciones modernas, donde se almacenan y producen los distintos vinos comercializados por Yllera. Allí la guía nos explica todo el proceso por el cual la uva acaba convirtiéndose en ese caldo tinto, claro o blanco que tiempo después acabamos saboreando en nuestras copas.
Después de la explicación y, tras aclarar las dudas de los asistentes, pasamos a una sala donde degustamos dos de sus vinos: un verdejo Cantosán, y un tinto Yllera, acompañado de un pequeño aperitivo en forma de chorizo, queso y pan. Difícil decidir cual de los dos vinos está más bueno, ya que son diferentes, pero muy recomendables para acompañar nuestras cenas o comidas.
Después de la cata el ambiente se fue animando, recuerdo una señora que me dijo: «¡Ahora estamos todos mucho más simpáticos!», y es que claro, deberían ser las 13:00 horas y los estómagos estaban bastante vacíos a pesar del rico queso y chorizo.
Para la segunda parte de la visita hemos de desplazarnos en coche al pueblo, donde está la antigua bodega Yllera y donde han elaborado un recorrido subterráneo por decenas de pequeñas bodegas conectadas y restauradas para tal propósito. Este recorrido termina convirtiéndose en un retorcido laberinto de galerías en los que podrías casi perderte, a no ser que sigas el «hilo» que comunica la entrada con la salida.
Antes de entrar al laberinto, nos cuentan el porqué del nombre de la bodega: El hilo de Ariadna. Seguramente más de uno ya intuya de que va el asunto pero por si acaso lo resumo:
En la antigua Creta reinaba el poderoso Rey Minos, cuya esposa Parsifae, por un castigo impuesto por el diós Poseidón, se enamoró de un bello toro blanco surgido del mar. Fruto de la relación entre Parsifae y el toro nace el Minotauro, extraña criatura con cuerpo de hombre y cabeza de toro. Minos, enfadado y horrorizado, manda construir un laberinto en el que encierran al Minotauro, al que tenían que alimentar con hombres cada cierto tiempo.
Tiempo después, tras derrotar a Atenas, Minos acepta firmar la paz a condición de que cada nueve años los atenienses envien al laberinto a siete muchachos y siete doncellas como venganza por la muerte de su hijo, con la única condición de que si uno de ellos conseguía derrotar al monstruo liberaría al pueblo de Atenas de tal castigo. En la tercera de estas ofrendas, Teseo, hijo del rey de Atenas, se ofreció para ir a luchar contra el Minotauro.
Ariadna, hija de Minos, se enamora de Teseo y le ofrece un ovillo de hilo para que, desenrrollándolo desde la entrada, lo utilice como guía para retornar al principio del laberinto una vez derrotado su enemigo y se salve de quedar encerrado en el.
Una vez cumplido su cometido, retorna a Creta y se lleva a Ariadna rumbo a Atenas, con tan mala fortuna que en una escala en la isla de Naxos esta se pierde, por lo que deciden volver a partir sin ella. Tal fue la pena de Teseo por la perdida de Ariadna que olvida cambiar el color de las velas del barco tal y como le había ordenado su padre para reconocer antes de la llegada si Teseo volvía con vida o no. Esto hace que el rey Egeo se suicide tirándose al mar que posteriormente llevará su nombre al creer que su hijo había fracasado en su misión.
Mientras tanto, Ariadna es encontrada por Dionisios, dios del vino, con quien se casa teniendo como hijo a Enopión. Este fue el primer hombre en hacer vino en la tierra.
Siguiendo el hilo de Ariadna, podremos disfrutar del vino de las bodegas que vamos a visitar, y salir del laberinto tal cual lo hizo Teseo tras vencer al horrible Minotauro.
Pasando por las diferentes salas y enlazando la mitología con el vino, vamos recorriendo los distintos tipos de caldos de la compañía. Comenzando por Creta y la enseñanza de su cultura al resto del Mediterráneo, el Mediterráneo que corresponde a los vinos espumosos, las Doncellas serían los vinos blancos, Ícaro los rosados, Dédalo la crianza en barricas, Teseo la crianza en botellas, El Minotauro los reservas, Naxos los grandes reservas, y por último Dionisos será el Yllera Dominus, el vino más exclusivo, elegante y prestigioso del Grupo Yllera.
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1 Comment
Manolo Pérez
Me mola la ultima foto… (y el resto, pero esa me parece graciaosa….)