Hace nada que he regresado de mi viaje de cinco días por La Palma, y ya echo de menos todo lo que conocí y viví allí. La Palma con Sabor no fue una escapada típica de caminar por la naturaleza y pueblos con encanto, aunque también hubo un poco de eso, pero fue sobre todo un viaje al centro de la gastronomía de la isla, a conocer cómo se come y cómo se cocina, cultiva y recolecta.
La Palma con Sabor nos llevó a conocer las entrañas de la alimentación de la Isla Bonita, a descubrir plantaciones ecológicas de plátanos, y a su dueña, Martina, una mujer que ha revolucionado la agricultura de la isla; o a Fran y sus fascinantes historias en su PlatanoLógico. Con Pedro recolectamos y preparamos platos ecológicos. Degustamos miel y vino de pequeñas empresas que han prosperado en lugares complicados gracias a su esfuerzo y dedicación. Conocimos a Doña Quiteria y su manera de elaborar galletas con alegría. Visitamos el agromercado de Breña Alta dónde pudimos conocer también una pizca de la artesanía tradicional palmera. Y nos pusimos las botas en un encuentro enogastronómico en el que además de buena bebida y buena comida había un ambiente festivo que invitaba a quedarse hasta que el cuerpo aguante.
En definitiva, como ya se intuía viendo el planning del viaje, comimos y bebimos como si no hubiera mañana, y eso nos hizo conocer la isla de La Palma de una forma muy diferente que nos hizo engancharnos y enamorarnos de ella hasta el punto de no querer regresar a nuestras ciudades de origen. Esto es, a grandes rasgos, y sin hablar de lo más importante que fue la maravillosa gente que me acompañó durante esos cinco días, lo que fue La Palma con Sabor.
¿Qué es La Palma? Pongámonos en situación
La Palma es una pequeña isla perteneciente a las Islas Canarias. Una isla con forma de corazón, con sus volcanes, sus playas negras, su naturaleza de increíbles y verdes paisajes, y sus parques naturales. Un pequeño trozo de tierra, rodeado de un vasto océano, en el que viven unos pocos miles de personas y en donde se cultivan alimentos de una forma muy especial. Hablo de plátanos, uvas u hortalizas que luego se transforman en exquisitos platos que convierten a La Palma en la isla del sabor. Pero también es una isla de vinos y licores, de dulces y mieles, de cereales y salsas, de pescados y carnes. No cabe la menor duda de que La Palma es muy sabrosa.
¿A qué sabe La Palma?
Esta es la gran pregunta que todos nos hacíamos hace unos meses. El ShowCooking al que tuve la suerte de asistir en Madrid fue solo un pequeño aperitivo de lo que serían cinco intensos días en La Palma probando lo mejor de la gastronomía y conociendo a algunas de las personas que hacen posible que esta isla sea, a día de hoy, un ejemplo a seguir en cuanto a ecología y respeto por el medio ambiente.
En La Palma descubrimos que una pequeña isla puede albergar infinidad de sabores y texturas, prueba de ello fueron las comidas o cenas en restaurantes como El Chinchal de el Arco, El Jardín de la Sal, o el Duende de Fuego, donde la creatividad de Mónica, Juan Carlos y Pedro, sus chefs, pueden convertir un ingrediente en una creación única e incluso estelar. ¿Preparados para comer polvo de estrellas o arroz teñido de rojo? ¡Viva la cocina creativa y ecológica!
Y hablando de sabores, ¿a qué sabe el gofio? ¿y si lo mezclas con leche? ¿y si hacemos un postre con él? En el Museo de interpretación del Gofio del Molino de las Tricias, al norte de La Palma, nos enseñaron que en La Palma son expertos en crear cientos de sabores y texturas de pequeñas cosas como este cereal molido y tostado. Además tuvimos la oportunidad de conocer la historia de este alimento tan esencial para sus habitantes, también muy usado en las demás islas, y hasta de moler como se hacía antaño.
Pero los palmeros también son capaces de producir grandes cantidades de una salsa que mezcla un poco de aceite y pimiento, entre otras cosas, que se llama Mojo y que acompaña a la perfección a casi cualquier alimento. ¿Queso con Mojo Picón? Yo me volví loco comiéndolo, y con Papas arrugás.
¿Y qué me decís del plátano? Los Palmeros tienen plátanos para alimentar a medio mundo, y bien ricos que están. Por donde mires cerca de la costa encontrarás plantaciones de esta fruta que se puede comer de postre, en batidos o acompañando cualquier plato. Plátano de Canarias, sí, como dicen en la tele, pero si es de La Palma mucho mejor.
Teniendo el mar tan a mano es lógico pensar que tienen acceso a pescado fresco de máxima calidad. Prueba de ello fue la cena en el restaurante Casa Goyo, un lugar peculiar que no deja indiferente por su comida marinera.
El vino y el ron tuvieron también un papel importante en nuestra visita a la Isla Bonita. Probamos vinos tintos, rosados y blancos, afrutados y espumosos, incluso vino de tea. Lo más llamativo fue conocer la historia de Victoria, de Bodegas Matías y Torres, quien poco a poco ha conseguido llevar su pequeña bodega familiar a los mercados de medio mundo, con muchísimo esfuerzo. Pero también degustar el Rosado de Viñarda y otros caldos de la D.O. Vinos de La Palma.
Pero lo que a mi me conquistó de verdad fue el queso. Queso de cabra artesanal rico como ningún otro queso que haya probado antes. No bromeo cuando cuento que cuando visitamos la quesería de Luna de Awara me pude comer medio kilo de este rico manjar. Pero es que estaba muy bueno, y uno es débil con las cosas del buen comer.
A todo esto le puedes añadir un buen punto de sal de las Salinas de Fuencaliente, un poco de miel, un chupito de Ron Aldea y unos dulces tradicionales y artesanales. Este mix de alimentos, colores, sabores y texturas es La Palma con Sabor.
Y para terminar os dejo con un par de fotos de dos de los personajas más peculiares que tuvimos la suerte de conocer en La Palma. Fran, del PlatanoLógico, haciendo una «cesarea» a una platanera, y Doña Quiteria, la señora que no para de reir mientras hace galletas, normal que le salgan así de ricas.
En este viaje, además de conocer a gente fascinante de La Palma, tuve la suerte de estar acompañado por más gente maravillosa como Miguel, Luís, Carla, Natalia, Virginia, Regi, Marta y Patricia, a quienes se unieron Mauxy y Carlos, y por supuesto de Javi y Javi, quienes se encargaron de dar vida a todo el proyecto y a quienes he de dar las gracias por todo.
7 Comments
Natalia (Volaré Viajando)
¡Qué buenos recuerdos Víctor! Cómo disfrutamos de la Isla Bonita y todo lo que aprendimos de ella. Sin duda, un viaje que nos dejó marcados por el cariño que ponen en cuidar sus productos y su fantástico entorno.
Bueno y lo importante es… ¿Cuándo volvemos?
¡Un abrazo!
Victor Ferrando
Vaya si lo disfrutamos, Natalia. ¿Volver? Yo estoy deseando hacerlo, espero que dentro de poco, aún nos queda mucho por descubrir en esta isla 🙂
¡Un abrazo!
Miguel
Vaya fotos, Víctor. Un placer compartir esa experiencia contigo y el resto de compañeros del blog. Has reflejado perfectamente en imágenes el viaje.
Victor Ferrando
Muchas gracias Miguel, el placer fue mutuo 🙂
Imposible reflejar fielmente todo lo que vivimos, esto es sólo una aproximación a un viaje que nunca olvidaremos. ¡Un abrazo!
Vir
Qué bonito Víctor, realmente tienes un ojo mágico para captar la esencia de todo con tu cámara, además de saberlo acompañar con bonitas palabras 🙂 Fue genial pasar esos días riendo, comiendo y bebiendo contigo! Nos vemos pronto! Besos!
Victor Ferrando
Muchas gracias por tus palabras, Vir.
Para mi también fue genial compartir todos esos buenos momentos y risas contigo, y con todos los demás 🙂
Nos vemos en breve, sí. ¡Besos!
Patri (Wanderlust Memories)
Es evidente que tienes un don para captar momentos mágicos. Después de ver estos manjares y tocarme la fibra sentimental, me temo que la comida de hoy no es tan sabrosa como la que tuvimos la gran suerte de probar en La Palma 🙁
¡Besos!