No siempre he tenido curiosidad por probar comidas exóticas, pero desde que puedo permitirme viajar y conocer lugares y culturas diferentes me encanta también descubrir los sabores del mundo. Por suerte en Madrid hay restaurantes de todo tipo por lo que, aunque me encantaría poder pasarme la vida viajando, cuando no viajo puedo igualmente probar platos de casi cualquier lugar del mundo sin salir de la ciudad
Uno de los últimos descubrimientos ha sido el Restaurante Maru, un pequeño rincón coreano en Madrid.
Un restaurante coreano en el centro de Madrid
El Restaurante Maru está en pleno centro de Madrid, junto a la Gran Vía, por lo que resulta ideal para terminar una tarde de compras o turismo por la ciudad, o como previa a una noche de marcha por Chueca o Malasaña.
A diferencia de otros restaurantes en los que he estado últimamente, el Maru no destaca por su decoración, que resulta bastante sencilla pero sin llegar a ser cutre como en algunos restaurantes asiáticos. Lo que si destaca en este restaurante coreano es su comida, que para mi gusto es excelente. Aunque he de reconocer que nunca había probado la comida coreana, así que tampoco puedo comparar, pero sí soy fan de la comida japonesa y de probar restaurantes diferentes, por lo que algo de criterio he de tener.
Kim, el cocinero y dueño del local, asegura haber rebajado el punto de picante de la comida coreana al gusto europeo, pero aún así hay platos bastante picantes. Para bien o para mal, ninguno de los que pedimos picaba mucho, así que todo bien ya que, aunque me gustan las comidas fuertes, seguro que un picante fuerte me habría hecho pasar una mala noche, y más con todo lo que comimos. Por si hay dudas, los camareros explican bastante bien la composición de los platos y si pican o no.
Algo que me gustó mucho del Maru es que en algunas de sus mesas tienen una barbacoa en el centro, por lo que puedes pedir platos de carne que sirven sin cocinar y mezclados con salsa y verdura para hacerlo directamente al gusto en estas pequeñas barbacoas eléctricas. Aunque no en todas las mesas está disponible por lo que yo recomendaría buscar una que sí lo tenga para una mejor experiencia gastronómica.
Y algo que me confirma que el Restaurante Maru es bueno es que parte de los comensales de otras mesas eran orientales, cosa que no veríamos si la cocina del restaurante no es auténticamente coreana.
Experimentando con la cocina coreana en el Restaurante Maru
De entrada traen cuatro platitos de aperitivo, que van bien para acompañar la bebida mientras esperamos la comida. Básicamente son vegetales, ligeros y variados.
Además de estos entrantes, que no sabíamos que los traerían, pedimos unas «Mandu-Gyoza» o Empanadillas de carne con topping de cebolla caramelizada, y una Tempura de vieiras salteadas con salsa de tomate y guindilla. Ambos platos me encantaron, aunque si tuviera que decantarme por uno sería por las vieiras, y eso que las Gyozas me encantan pero tal vez estoy más acostumbrado a comerlas.
A continuación llegaron los platos fuertes: un «Bulgoki» o Tiras de aguja de ternera marinada con salsa de soja, y un «Galbi» que son Tiras de costillar de ternera marinada con salsa de soja. Ambos platos son contundentes y vienen acompañados de mucha verdura y su salsa de soja, por lo que si alguien no tiene demasiada hambre casi recomendaría pedir uno para compartir, o no pasarse con los entrantes.
Los platos de carne, como dije anteriormente, te los cocinas al gusto en la barbacoa, lo cual le da un toque divertido a la cena. Lo curioso es que junto a los platos te sirven una bandeja con hojas grandes de lechuga para que una vez cocinada la carne con las verduras la enrolles dentro y te lo comas como si fuera un taco mexicano.
Además de la carne, y puesto que somos muy aficionados al sushi, quisimos probar un poco de sushi coreano. De la carta nos decantamos por el Maki de tempura de langostino, surimi, tobikko, mayonesa y aguacate, con cebollinos y semillas de sésamo por encima, y la verdad es que no tiene nada que envidiar al de muchos restaurantes japoneses en los que hemos comido, muy bien preparado y con un arroz en su punto que no se hizo pesado a pesar de que la ración es abundante y que ya estábamos llenos.
Pero a pesar de estar llenos, no nos podíamos ir sin probar algún postre, así que preguntamos por algo típico pero que fuera más o menos ligero y nos sugirieron que probásemos las Trufas de té verde. Todo un acierto pues estaban riquísimas y si hubiera habido más no habría tenido más remedio que comérmelas.
Para beber, y ya que estábamos en un restaurante coreano, quise probar la cerveza Hite, que resultó ser bastante suave aunque de sabor agradable y perfecta para la ocasión.
El Restaurante Maru fue nuestra primera experiencia con comida coreana, y sinceramente no estuvo nada mal, aunque el próximo paso sería comerla en la propia Seúl. Algún día, tal vez.
Dónde está el Restaurante Maru
Dirección: Calle de la Reina, 37 – Madrid.
Facebook: https://www.facebook.com/rtemaru