Viajar a Valencia implica casi obligatoriamente visitar la Ciudad de las Artes y las Ciencias. Para ello necesitaremos destinar practicamente un día entero. Como valenciano que soy, ya había estado en alguna ocasión conociendo los espectaculares edificios diseñados por el arquitecto Santiago Calatrava, y tengo cientos de fotografías de ellos desde todos los ángulos y a diversas horas del día, pero había algunas partes de este enorme complejo, como el Oceanogràfic, que no había podido conocer en profundidad, y las fotos que hice aquel día son poco o nada aprovechables. Por eso, aprovechando una de las últimas visitas a la ciudad me animé a regresar a la Ciudad de las Ciencias y pasar una mañana entera visitando el Museo de las Ciencias Príncipe Felipe, y toda la tarde visitando el Oceanogràfic.
Y sí, mereció la pena volver pues ahora tengo una visión mucho más real de este moderno lugar donde podemos ver aves y peces de medio mundo dentro de un recinto diseñado por el arquitecto Félix Candela, quien ha conseguido que el Oceanogràfic sea un referente mundial y un ícono de la ciudad de Valencia, siendo visitado por casi 15 millones de personas desde que abriera sus puertas en el año 2003.
A pesar de todo, nuevamente me ha resultado complicado hacer fotografías en el interior del Oceanogràfic. Especialmente en los túneles que atraviesan el agua a una decena de metros de profundidad. Me pregunto si necesito otra cámara que gestione mejor los ISO altos, objetivos más luminosos, o simplemente practicar más. Tal vez una mezcla de todos estos factores. Pero también es cierto que los peces se mueven muy rápido, hay muy poca luz e infinidad de reflejos, y probando con una compacta en modo automático el resultado era aún mucho peor, así que no me quejaré demasiado a pesar de saber que podría haberlo hecho mucho mejor.
Pensamos en hacer una visita de un par de horas que acabó llevándonos toda la tarde. Intentamos seguir el itinerario del mapa que te entregan al entrar, aunque acabamos improvisando según íbamos recorriendo zonas. Primero de todo fuimos a la zona del Mediterráneo. En ella no hay grandes peces pero sí algunos muy llamativos. El recorrido te lleva de nuevo al exterior para ir a la zona de humedales y el aviario. Una enorme esfera llena de tortugas y pájaros que a pesar de la larga cola para acceder merece la pena visitar pues hay una representación muy colorida de aves marinas.
A continuación se llega a la zona de los Templados. Aquí tenemos una serie de focas que llaman la atención a niños y mayores, y desde donde se accede al primero de los túneles que atraviesan los acuarios por debajo del agua. Como previa a los túneles tenemos algo de lo más llamativo del Oceanogràfic: las medusas.
Estos túneles subacuáticos son realmente lo más impresionante del Oceanográfic. Dentro de ellos atraviesas enormes peceras donde animales de todo tipo conviven en perfecta armonía ajenos a la gran cantidad de gente que los observa con la boca abierta. Al final del túnel se llega a una amplia sala subterránea rodeada de peces tropicales y corales que forman un espectáculo de color del que cuesta salir. Lo más fotografiado aquí son los pequeños «nemo» que se dejan ver de vez en cuando al fondo del todo.
De nuevo en la superficie pasamos por la zona de las islas, donde lo más llamativo son los leones marinos, y por el auditorio del mar rojo. En este último se proyectan documentales sobre las profundidades marinas que decidimos no ver pues ya llevábamos allí dentro mucho más tiempo del que pensábamos y aún quedaba mucho por ver. Pusimos rumbo al Antártico, donde los pingüinos hacen las delicias de pequeños y no tan pequeños que se saltan la zona de observación para tratar de jugar con ellos pegados al cristal. Y tras ellos nos trasladamos al Ártico para ver las enormes belugas y morsas, que a pesar de su gran tamaño resultan simpáticas pues parecen sonreír a la gente y sus movimientos dentro del agua son perseguidos por todo el mundo.
Y de las belugas a los tiburones, que ya dan más miedo que todo lo demás visto hasta ahora. Nuevamente nos sumergimos en un túnel subacuático en el que nos encontramos rodeados de varias especies entre las que se encuentran los feroces tiburones y las llamativas rayas. Algunos niños se llegan a asustar ante la desafiante mirada de los tiburones. Y es que de verdad impresionan, a pesar de saber que no te harán nada y que es un recinto totalmente seguro.
Para acabar nos dirigimos al delfinario. No soy muy fan de estos espectáculos pero ya que estábamos allí decidimos pasar a verlo. Obviamente está muy enfocado a niños y aunque es entretenido a mi personalmente no me maravilló.
Como datos principales del Oceanogràfic de la Ciudad de las Artes y las Ciencias de Valencia, decir que en todo el recinto encontramos los principales ecosistemas marinos de la tierra, con más de 45.000 animales de unas 500 especies diferentes.
Lo que me quedé con las ganas de probar, y algún día tendré que hacerlo, es el impresionante restaurante submarino que hay en el interior del Oceanogràfic y desde el que puedes comer o cenar observando cientos de animales acuáticos a tu alrededor.
¿Donde está el Oceanogràfic de la Ciudad de las Ciencias de Valencia?
El Oceanogràfic de Valencia está integrado dentro del recinto de la Ciudad de las Ciencias. El complejo se encuentra en una de las zonas más modernas de la ciudad. Junto a uno de los tramos ajardinados del antiguo cauce del Río Turia y frente a modernos y atractivos edificios residenciales y centros comerciales.
Aunque hay proyectada una línea de Metro que conectará el centro de Valencia con el puerto, pasando por la Ciudad de las Ciencias, lo cierto es que la crisis propició que esta obra se quedara a medias y no hay fecha prevista para su reanudación. Lo mejor para visitar el Oceanogràfic es desplazarse en autobús o vehículo propio.
5 Comments
Any_Méndez
Ohhh que bonito!!!!! me gusta mucho la de la foquita!!! y la de la manta sonriendo, Un Besino!
Javier Domingo
¿Y te quejas de tus fotos? pues si vieras las mías… al lado de éstas son un churro. Es cierto, son muy difíciles de hacer. Es que no paran quietos, los condenados…
Pues el caso es que te me has adelantado, tenía previsto hacer el mismo artículo próximamente… Yo estuve en abril. No había ninguna cola y vi todo con mucha comodidad. Mejor siempre fuera de la temporada alta ¿no?
Un saludo y enhorabuena.
Victor Ferrando
Yo no hice cola a la entrada, pero era puente de Mayo, aunque laborable el viernes en Valencia, festivo en Madrid, y había bastante gente, así que hacer fotos de algunas cosas era misión casi imposible.
Me quejo pues pretendía hacer mejores fotos, y cuando vi el resultado me sentí algo decepcionado, aunque como digo con una compacta y sin mucha idea salen cosas mucho peores, es bastante complicado incluso teniendo conocimientos. Tengo ganas de ver las tuyas, seguro que no son tan churro, jeje.
Gracias! Un saludo.
Alícia Bea
¡Chulísimas fotos, Víctor! Yo suelo ir a Valencia a menudo pero nunca he encontrado el momento de visitar el Oceanogràfic. Tomo nota para la siguiente. ¡Saludos!
ale de Viajar Cueste lo que Cueste
Genial el post, me lo apunto como algo que deberé conocer alguna vez