Llevaba años queriendo volver a Barcelona. Ni recuerdo las veces que he estado en esta ciudad que tan buenos recuerdos me trae, pero que apenas conocía más que de pasar unas pocas horas cada vez que la visitaba. Creo que nunca había estado ni veinticuatro horas seguidas allí, y a pesar de todo me encantaba.
En los últimos años he tratado de ir en varias ocasiones y al final, por unas cosas u otras, siempre se acababa aplazando indefinidamente, pero de este año no pasaba, así que se convirtió en la segunda escapada tras la visita a Palma de Mallorca en invierno.
¿Por qué Barcelona? Pues porque es una gran ciudad donde hay arte, cultura, espectáculos, mercados, gastronomía, mar, y un sinfín de cosas que ver y grandísimas posibilidades fotográficas. El problema, si vas desde Madrid en coche, aparte de las 6 horas conduciendo son los peajes en la autopista. Tal vez ir en Ave sería una opción interesante para pasar un fin de semana pero quería moverme a más sitios y tener la comodidad de no depender de horarios.
Qué ver y hacer en Barcelona
La llegada a la ciudad fue el viernes a eso de las 22:30, con bastante hambre y cansancio tras toda la semana trabajando. Dejamos las cosas rápido en el hotel y nos fuimos a cenar al Restaurante Garbi. Es un sitio de hamburguesas, bastante buenas para su precio, aunque con el inconveniente de que ni siquiera te preguntan cómo quieres de hecha la carne, y claro, las traen demasiado hechas por defecto, bien pero mejorables.
El sábado queríamos dedicarlo a conocer algunas de las obras arquitectónicas que el genial arquitecto Antoni Gaudí dejó en la ciudad, pero nada más desayunar hubo cambio de planes, así que bajamos por el Passeig de Gràcia hasta la Plaça Catalunya, fotografiando algunas de las fachadas y sus bonitas farolas. En la plaza me dediqué un rato a sacar fotos a la gente que caminaba por allí.
Luego bajamos hacia La Rambla. Recuerdo que las anteriores veces que recorrí este paseo había muchísima más gente, y más puestos callejeros, mimos, malabaristas y hasta trileros, además de los típicos puestos de comida y flores. No sé si han cambiado la normativa, si esta gente se ha cambiado de sitio, si era demasiado temprano, o si fue simple casualidad, pero el primer tramo del paseo no me transmitió la vida que tenía en otras ocasiones.
El mercado de la Boquería. Uno de mis lugares favoritos de Barcelona
Para mi, que me encantan los mercados, La Boquería fue como entrar en un paraíso. Durante aproximadamente una hora no pude parar de hacer fotos. Toda una explosión de vida y color que invita a entrar y no deja indiferente a nadie, y todo un ejemplo a seguir por muchos otros mercados de cualquier ciudad. Hasta las dependientas de los puestos posan para las fotos. Este mercado me encantó, no como otros en los que no he tenido para nada la misma experiencia.
A la salida nos encontramos con un grupo de «Gegants» que danzaban al ritmo de los tambores. No lo sabíamos, pero llegamos a la ciudad en plenas fiestas de Santa Eulalia. Más adelante entramos en la Plaza Real, donde encontramos más farolas modernistas, obra de Gaudí, y algunas terrazas curiosas.
La estatua de Colón y el puerto de Barcelona. Una ciudad abierta al mar
Casi llegando a la famosa estatua de Colón sí vimos algún que otro mimo, aunque también mucha menos gente. En la estatua habían montones de turistas haciéndose fotos subidos a lomos de los leones, y alguno que otro haciéndose fotos más normales. Pero lo que me apetecía realmente era dar un paseo por el puerto, pues desde que lo conozco he tenido la impresión de que han sabido integrarlo muy bien con la ciudad, convirtiéndolo en un lugar agradable para dar un paseo, o comprar en el centro comercial Maremagnum.
Un paseo por el Barrio Gótico de Barcelona
Tras unas cuantas fotos en el puerto nos metimos de lleno en el Barrio Gótico. Allí íbamos a reunirnos con los amigos de Quaderns de bitàcola y Cómete el Mundo, quienes nos dieron un buen paseo por algunas plazas y patios de estos que no suelen aparecer en las típicas rutas turísticas, pero que bien merecen la pena una visita. Además nos dieron un montón de explicaciones, detalles y curiosidades, y hasta vimos a una «Colla de Falcons» en plena actuación. ¡Así da gusto conocer una ciudad!
La Casa Batlló y el modernismo en Barcelona
Tras comer algo rápido pusimos rumbo nuevamente al Passeig de Gràcia para visitar La Pedrera. Pero cuando llegamos nos encontramos con que está cerrada por reformas durante un año. Sí, tanto planificar el viaje y en ningún sitio vi que no podríamos visitarla, así que volvimos a la Casa Batlló, cuya entrada normal cuesta 21,50€. El interior es muy bonito, aunque carece de mobiliario por lo que no te haces una idea de cómo podría ser la vida allí hace años. Su azotea, con sus chimeneas coloridas y las vistas de la ciudad también merece muchísimo la pena.
La Catedral de Barcelona
A pesar de que el cansancio comenzaba a hacer acto de presencia, decidimos volver al Gótico para ver la Catedral. La entrada normal cuesta 6€ aunque al llegar nos encontramos con que estaban en plena misa y, aunque entonces no cobran por entrar, no se puede apenas ver nada si no te cuelas en la zona donde está la gente, así que continuamos el paseo por el barrio hasta la puesta de sol.
Ya de noche, desde La Rambla, cogimos el metro hasta la antigua plaza de toros de Las Arenas, y desde allí caminando bajo la lluvia hasta la Fuente Mágica de Montjuic para ver un bonito espectáculo de agua, luces y sonido, y de vuelta a la plaza de toros, hoy convertida en un gran centro comercial.
Desde la azotea del centro comercial hay unas vistas espectaculares de toda la ciudad y varios restaurantes interesantes. Tras dar la vuelta al ruedo elegimos cenar en el Restaurante Abrassame, donde nos pusimos las botas con una rica parrillada de carne y verduras.
Y tras la cena, al hotel a descansar. Mañana más.
La Sagrada Familia o el enésimo edificio de Barcelona que te dejará con la boca abierta.
El domingo amaneció temprano y gris en Barcelona. Desayunamos y cogimos el metro rumbo a la Sagrada Familia. Por suerte no había demasiada cola para sacar los tickets y en unos 15 minutos estábamos dentro.
No sacamos la entrada para visitar las torres pues nos advirtieron de que faltaban tres horas para la siguiente visita, y obviamente no íbamos a estar tanto tiempo visitando el edificio. Pienso que tendrían que programar más subidas, es una lástima pues las vistas han de ser muy bonitas.
El edificio creado por Gaudí, como todo el mundo sabe, lleva construyéndose desde hace más de 130 años, y lo que queda. Esto hace que las fachadas estén llenas de andamios y grúas y que hayan partes cuya piedra está nueva y justo al lado hay otras zonas con piedra ya sucia por el paso del tiempo. Además, y esto es una opinión personal, creo que hay partes muy recargadas, demasiado.
La entrada general sin audioguía cuesta 14,80€, y la entrada con acceso a las torres 19,30€. Caro, tal vez, pero para mi es impensable ir a Barcelona y no contemplar el interior de esta joya arquitectónica. El concepto de caro o barato es muy relativo.
Sobre el interior diré que es espectacular, las altísimas columnas que se retuercen y abren en lo alto dando la impresión de estar en un bosque de piedra dejan con la boca abierta, y la luz de colores que se cuela por las vidrieras le da un aspecto mágico. No puedo imaginar cómo será cuando terminen de colocar todas las vidrieras y elementos que faltan.
El Raval. Un barrio alternativo en mitad de Barcelona
Tras la visita a esta genialidad de Gaudí, nos dirigimos de nuevo al centro para dar un paseo por otro de los barrios míticos de Barcelona. Comimos en pleno Raval, en el DosTrece un pequeño restaurante que nos llamó la atención y que tenía muy buenas críticas en internet, pero que nos decepcionó ya que la mitad de su escasa carta no estaba disponible y lo que pedimos nos dejó con hambre. Mucho brunch pero acabamos comiendo unos muslos de pollo y un sándwich más dos bebidas por 20 euros.
Después de callejear un rato por el famoso barrio, que tiene un aire a Lavapiés en Madrid o El Carmen en Valencia, cruzamos nuevamente la Rambla para tratar de ver mejor la Catedral, aunque en esta ocasión había un concierto y no se podía entrar, así que pusimos rumbo a Santa María del Mar, y de camino nos encontramos con unas cuantas muestras de street art, además de un cono sobre la cabeza de una estatua ecuestre que nos llamó muchísimo la atención! Según nos han dicho, esto está aquí desde las primeras protestas del 15M.
La catedral del Mar
La famosa Catedral del Mar, cuyo interior un día soleado es otro espectáculo de luz y color, según cuentan, ya que con el día feo y gris que hizo nos encontramos con algo completamente tétrico. Decepcionante, la verdad, es un sitio del que había oído hablar maravillas y del que salí totalmente indiferente, pero teniendo muy claro que he de volver a visitarlo.
El Mercado del Born
Como la visita fue más rápida de lo esperado, fuimos al Mercado del Born, ahora reconvertido en Centro Cultural donde conocimos un poco más de la historia de la ciudad. Y más tarde nos tomamos un vinito en Disset 17 Graus, una vinoteca cercana.
Tras descansar un rato seguimos paseando por el barrio hasta que llegamos a la Plaza de Sant Jaume, donde está el Ayuntamiento de la ciudad y donde una multitud esperaba a que comenzara el Correfoc con motivo de las fiestas de Santa Eulalia, y que vivimos tan de cerca como el de Palma unas semanas atrás.
Cenando en el Restaurante Balthazar
Para la cena nos arreglamos un poco y fuimos al Restaurante Balthazar. Durante todo el día, a pesar de lo gris del cielo y de que en más de una ocasión pensamos que se pondría a llover, nos libramos de mojarnos, pero al caer la noche llegó la lluvia. Cambiamos el paseo por un taxi, y menos mal pues al rato estaba diluviando.
El restaurante está situado en pleno Ensanche. Comimos una Ensalada de queso de cabra, crujiente de kikos y compota de manzana y Carpaccio de buey con parmesano, aceite de oliva y un toque de limón; de platos principales Magret de pato con peras horneadas y salsa al Pedro Ximenez, y Buey al curry rojo con arroz basmati y fideos fritos; y de postre Tiramisú y Crema Catalana.
El Park Güell
El lunes tocaba madrugar para hacer las maletas y salir rumbo a la bonita ciudad de Girona. Pero antes la última parada: el Park Güell.
Nuevamente otra maravilla arquitectónica de Gaudí en forma de jardín, con su escalinata y la famosa salamandra o dragón, sus viaductos y la gran plaza de la naturaleza. Acceder a la zona monumental cuesta 8€ y luego hay otra zona de libre acceso donde poder pasear con vistas a la ciudad. Imprescindible subir hasta las Tres cruces, pasear hasta la Casa Trias y bajar por el viaducto de las Jardineras hasta la Casa Museo Gaudí, cuya entrada cuesta 5,50€.
Poco después del mediodía abandonamos la ciudad, contentos pues vimos un montón de cosas pero con la sensación de que nos faltaron un par de días más. Como siempre, hay que volver.
Hoteles recomendados para dormir en Barcelona
Para dormir el viernes y el sábado elegimos en Hotel Praktik Garden. Un hotel bien situado a menos de 20 minutos de los principales sitios para visitar. Desde aquí pudimos pasear cómodamente por los principales barrios de la ciudad, ir a la Sagrada Familia y otros edificios modernistas de la ciudad.
La noche del domingo cambiamos de hotel y nos alojamos en el Hotel Market. Este bonito hotel está situado a un paso del Raval, junto al mercado de Sant Antoni, donde descansamos muy bien y disfrutamos de un desayuno bien completo para otro largo día.
Agradecimientos:
– Turismo de Barcelona
– HostelWorld
– Grup Andilana Hotels & Resorts
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8 Comments
María Grau
Maravilloso.
Tienes mucho talento como fotográfo.
Un saludo….
Victor Ferrando
Muchas gracias María, me alegra mucho que te haya gustado! A ver si algún día ese talento se transforma en algo más, jejeje 🙂
Saludos!
Quaderns de bitàcola
Increíble todo lo que llegaste a ver en Barcelona, y esto es sólo la primera parte! La verdad es que la casa Batlló por dentro y por fuera es preciosa. ¡Que bonita es Barcelona! Y no porque seamos de aquí, nos damos cuenta leyendo tu post y viendo tus magníficas fotos. Fue un gusto encontrarnos aquí, hasta la próxima!
Victor Ferrando
Fue un fin de semana muy muy intenso! Y nos quedaron unas cuantas cosas por ver pero así tendremos que volver 😀
Siempre me ha gustado Barcelona, pero tenía ganas de conocerla un poco más, y fue muy bueno que nos ayudárais a descubrir esos rincones tan bonitos!
Hasta la próxima! Abrazos.
Dani López
He ido bastantes veces por Barcelona, y es una ciudad genial, con muchas cosas por ver, y mucho por hacer 🙂
Por cierto, algunas de las fotografías que has puesto, geniales 😉
Saludos!
Victor Ferrando
Barcelona es una gran ciudad con mucho para ver y hacer, por muchas veces que vayas seguro que siempre descubres algo nuevo. Muchas gracias por tus palabras Dani, me alegra que te gusten las fotos!
Saludos 🙂
Amanda
Definitivamente tengo que volver a Barcelona……Excelentes fotografías!!
Victor Ferrando
Y yo! Me quedaron muchas cosas por ver. Muchas gracias Amanda 🙂