Ir a Oporto y no probar sus vinos ni visitar alguna de sus famosas bodegas de Vilanova de Gaia no es una visita completa. Incluso yo recomendaría, si se puede, organizarse bien para visitar varias, aunque en mi caso me tuve que conformar con hacer sólo una y, sin saber cual podría ser mejor o peor, elegí la Bodega Ramos Pinto.
Bodegas de Vilanova de Gaia, catando vinos de Oporto
En la visita guiada a la Bodega Ramos Pinto te cuentan la historia de la bodega, que fue fundada por Adriano Ramos Pinto en el año 1880 y que consiguió durante años ser un referente en el comercio del vino de la región en todo el mundo.
Se visita primero el museo, con objetos de las oficinas, de la bodega original, carteles y otros recuerdos del pasado de la marca. En el museo no dejan hacer fotografías.
Luego se pasa a visitar la bodega donde tienen las típicas barricas donde se almacena el vino y posteriormente se visualiza un documental donde te cuentan más detalladamente el origen de las uvas, las distintas plantaciones que existen a lo largo del Río Duero en territorio portugués, el transporte de las uvas hasta Oporto en barca por el río tras la vendimia, y como ha evolucionado la comercialización del vino.
La bodega en sí no es muy grande pero con el conjunto del museo la convierten en una de las imprescindibles a visitar.
Otras bodegas interesantes en Vilanova de Gaia son Sandeman, Ferreira, Offley Forrester o Calem.
Puesto que no visité ninguna de estas no puedo recomendarlas, sin embargo por lo que me han comentado algunas personas, cuando vuelva me decantaré por Sandeman o Ferreira.
Las visitas guiadas a las bodegas cuestan entre 2 y 5 euros e incluyen una degustación al final de dos copas de vino de Oporto. Se puede sacar una entrada combinada para visitar las bodegas Sandeman, Offley y Ferreira por 9 euros.
Además hay varias bodegas que tienen sus terrazas con vistas al Duero y a Oporto, donde puedes sentarte tranquilamente a descansar de tanta caminata y escalera tomándote una copita de rico vino.
Yo elegí la terraza de Bodegas Sandemán y dejé que el camarero me asesorara sobre qué variedad de vino me podría gustar más.
Un detalle importante a tener en cuenta es el idioma en que se va a realizar la visita guiada. Y es que el primero que reserva la visita elige el idioma, y no se puede reservar de un día para otro ni por teléfono.
Es decir, que si llegas y quieres pasar en la siguiente visita posiblemente ya lo hayan elegido y, si no lo conoces, puede ser un problema, ya que hay visitas en Español, pero también en Portugués, Francés o Inglés.
Lo mejor es preguntar por un horario en el que ya se haya elegido el idioma que quieras o presentarte allí a primera hora de la mañana y reservarlo tú mismo. Mi visita fue en inglés, un inglés pausado y apto para casi todos los públicos.
Finalizada la visita, a disfrutar del rico vino!