Si hay un destino al que me gustaría volver en 2015 es Flandes. Ya hace un par de años que estuve recorriendo las preciosas ciudades de Bruselas, Gante y Brujas, en plena ola de frío polar, sufriendo de un frío intenso y resbalándome en sus congeladas calles, pero haciendo gran cantidad de fotos diferentes a las que se suelen ver de estas ciudades en primavera o verano, con nieve en sus calles, canales congelados y gente abrigada, que llamaban la atención de todos los que las veían al mostrar el destino bonito bajo un punto de vista poco habitual.
Tengo muy buenos recuerdos de ese viaje que me llevó durante cinco días a recorrer las tres ciudades más visitadas de Bélgica. Entre muchas otras cosas conocí el impresionante Castillo de los Condes de Flandes y los canales de Gante, la Catedral de Brujas y su Grote Markt, o la Grand Place de Bruselas, sus cervecerías y el clásico niño meón. Pero también me puse las botas tomando chocolate y bebiendo cerveza.
Ya conocía algunas cervezas belgas pero en aquel viaje quise probar otras que no conocía como la Tripel Karmeliet o la Delirium Tremens. Desde entonces puedo decir que las cervezas de Flandes son las que más me gustan con diferencia.
El pasado 20 de noviembre, casi dos años después del viaje, asistí a una cena organizada por Turismo de Flandes y Blog On Brands en el restaurante Atelier Belge de Madrid. Antes de comenzar a comer Ángeles nos presentó las novedades de su oficina de turismo para el próximo año, para después pasar a degustar una exquisita cena donde nos sirvieron una serie de platos típicos de la gastronomía flamenca maridados con sus ricas cervezas.
Los entrantes fueron de lo más variado, pasando desde una Tortilla de Patatas a la Belga en Bocadillo con Bacón Ahumado hasta los clásicos Mejillones con patatas fritas. Para beber nos sirvieron una Tripel Karmeliet que es una cerveza que creo gustaba a casi todos los asistentes.
Los platos principales fueron Pez Raya a la Mantequilla Negra, con Alcaparras y Puré de Patatas, que según nos contaron es venenoso, y un Coquelet Brabançonne, acompañado de Gnocchis y regado con una Chimay.
Y el postre, puro chocolate como no podría ser de otra forma, acompañado de una de las cervezas más fuertes, una Kasteelbier.
Entre plato y plato teníamos las explicaciones de los camareros, y las de Ángeles, con lo que solo quedaba disfrutar. Muchos de los comensales nos conocíamos, y teníamos anécdotas que contar sobre nuestras visitas a Flandes, o bien estamos deseosos de regresar, y algunos con ganas de ir por primera vez.
¿Y qué me gustaría hacer si volviera a Flandes en 2015?
Un recorrido por sus cervecerías más conocidas y sus fábricas de cerveza, o un tour del chocolate.
Descubrir las ciudades que no pude visitar en mi anterior viaje, como Malinas, Amberes y Lovaina.
Fotografiar Flandes como lo hace todo el mundo, verde, sin nieve, con el cielo azul.
Hacer un reportaje más personal, fotografiando la gente que pasea por las calles de esas maravillosas ciudades.
Pero, sobretodo, me gustaría poder ir sin prisas, ya que la anterior vez fue un viaje contra reloj para poder ver el máximo número posible de cosas en poco tiempo, y aunque regresé encantado, es cierto que me quedé con la sensación de no haber disfrutado todo lo que podría haber hecho.
¿Será 2015 el año de Flandes? Es posible que sí, pero no adelantemos acontecimientos.
2 Comments
Arantxa BL
Sí que tiene buena pinta Bélgica, fue mi destino fallido para las navidades de hace unos años así que tengo unas ganas de ir… mientras, me consuelo viendo tus fotos 🙂 Saluditos!
Victor Ferrando
Pues ya ver que yo estoy deseando volver! Las ciudades son preciosas y la gastronomía muy interesante. Anímate a visitar Flandes, seguro que no te defrauda!
Un abrazo 🙂