El glaciar Calluqueo es una de las muchísimas lenguas de hielo que habitan en la Patagonia chilena. Se desprende del monte San Lorenzo, la segunda montaña más alta de la Patagonia tras el monte San Valentín.
Está muy cerca de Cochrane, un bonito aunque poco conocido pueblo en el sur de la Carretera Austral. Queda en una zona intermedia entre el Campo de Hielo Patagónico Norte y el Sur en la que no hay tantos glaciares, salvo excepciones.
El entorno del Calluqueo es muy similar al Glaciar Exploradores. Sobre todo se parecen por la gran cantidad de piedras y arena que ensucian gran parte del hielo, dándole un aspecto diferente a los blancos y bonitos glaciares que solemos ver en muchos reportajes. Bonito, pero diferente.
En su base hay, como en la mayoría de glaciares, una laguna, llenada por las aguas que se deshielan. Su color es verde lechoso, debido a los sedimentos traídos por el agua.
Cómo llegar hasta el glaciar Calluqueo
Llegar por tu cuenta hasta el glaciar Calluqueo no es imposible, pero sí bastante complicado.
Lo primero a tener en cuenta es que llegar hasta Cochrane no es algo que se haga en un rato. Necesitarás varios días de viaje recorriendo la Carretera Austral hasta llegar hasta allí.
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Llegar al glaciar Calluqueo desde Cochrane
Una vez en Cochrane, llegar hasta la laguna no es difícil si vas con un vehículo propio o de alquiler. También puedes contratar algún traslado desde el pueblo, o lanzarte a la aventura con un bus que tan solo circula un par de veces al día. Esto último no lo recomiendo.
La ruta para llegar al glaciar comienza en Cochrane, tomando la Carretera Austral dirección a Tortel. Unos 4 kilómetros al sur tomaremos un desvío hacia el este, dirección a San Lorenzo. Veremos la laguna Esmeralda y bonitos paisajes patagónicos durante unos 32 kilómetros, momento en el que tendremos que desviarnos dirección sur por un camino que bordea la laguna Confluencia.
14 kilómetros más tarde llegaremos a la laguna Calluqueo. Allí se puede estacionar y ver el glaciar al otro lado de la laguna, con el monte San Lorenzo dominando la panorámica y el río Pedregoso que nace de la laguna. Recorrer los aproximadamente 50 kilómetros de distancia entre Cochrane y la laguna puede llevar unas dos horas, y es más que recomendable el uso de un 4×4, especialmente en el último tramo.
Cruzar en lancha o bordear caminando la laguna Calluqueo
Bajaremos hasta la orilla de la laguna atravesando un bosque. Entonces nos encontramos con que hay que cruzarla, casi obligatoriamente en lancha. Pero allí no habrá nadie esperando para hacer la navegación si no se contrata con antelación. Dicha navegación dura una media hora.
También es posible bordear a pie la laguna por cualquiera de los dos lados, aunque es un camino complicado en el que se tendrán que atravesar varios ríos con un caudal importante, y al menos nos llevará un par de horas por trayecto. Nada recomendable esta opción salvo que vayamos muy preparados para ello.
Una vez al otro lado, tendremos vía libre para caminar por donde queramos. Pero esto tampoco recomiendo hacerlo en solitario a menos que seas un aventurero con mucha experiencia y cuentes con el equipamiento adecuado para hacerlo, además de haber avisado previamente en Cochrane de que te adentrarás en solitario por estos lugares.
Se trata de un glaciar accesible prácticamente durante todo el año. Aunque como suele ser habitual en la Patagonia, la mejor época para visitar el glaciar Calluqueo es durante el verano.
Primavera y otoño también son buenos momentos para adentrarse en el hielo. Tal vez en invierno es cuando más complicada resulta la visita, debido a las nieves que pueden bloquear el camino, a las ventiscas que impidan una caminata segura, e incluso a la escasez de recursos turísticos en la zona si buscamos una visita guiada.
Contratar la excursión al glaciar Calluqueo con una agencia especializada
En mi caso conté con la ayuda de expertos en la región. Ellos se encargaron del transporte desde Cochrane hasta la laguna, cruzar la laguna en lancha, y acompañarme en todo el recorrido primero por la morrena glaciar y luego sobre el hielo.
Si estás interesado en tener la mejor experiencia posible llegando hasta el glaciar Calluqueo y caminando sobre el hielo, te recomiendo contactar con Turismo Tresmil.
Además, también coordinaron alojamientos y otras actividades, tanto en Cochrane como en Caleta Tortel.
Puedes leer más sobre Caleta Tortel.
Mi experiencia caminando sobre el hielo sobre el glaciar Calluqueo
Había leído previamente que el trekking sobre el glaciar Calluqueo era sencillo. Que no requería de gran esfuerzo físico para realizarlo y que era una excursión para cualquier persona.
Sinceramente, tras realizar la caminata, he de decir que no estoy completamente de acuerdo con estas afirmaciones. No es que sea algo extremadamente duro, pero toda la ruta tiene ciertas complicaciones que requieren un mínimo de forma física y experiencia en caminatas por la montaña, además de llevar el equipo y ropa adecuada.
A continuación detallo toda la ruta.
Caminata desde la laguna Calluqueo hasta el hielo
Primero de todo, durante cerca de dos horas debemos caminar por una empinada morrena llena de piedras sueltas, lo cual puede ser agotador. Todo ello aún sin pisar hielo.
Desde la orilla de la laguna Calluqueo arranca un sendero señalizado puntualmente por pequeños montones de piedras que los guías se encargan de mantener.
Es frecuente ver o escuchar piedras cayendo al vacío a nuestro paso. En muchos casos esto hará que las rutas vayan alterándose con el tiempo, por lo que el guía se encargará de buscar alternativas para poder continuar con la caminata de forma segura.
Rápidamente ganaremos altura subiendo por grandes piedras, alguna de ellas sueltas, por lo que hay que extremar las precauciones. Las rocas, de colores ocres y blancos, crean un bonito y colorido paisaje, pero hacen que sea necesario el uso de casco y bastones desde el primer momento.
También pasaremos por algunos pasos muy estrechos, no aptos para personas con vértigo.
Sí, yo tengo vértigo, y en uno de esos momentos lo pasé realmente mal, pero seguí sin problemas gracias a la ayuda del guía.
Seguiremos caminando por unos 500 metros hasta llegar al hielo. Aunque no será momento aún de colocarse los crampones pues el camino continúa lleno de piedras sueltas y tierra que lo cubre. Seguiremos así durante cerca de una hora hasta llegar a una cascada, la primera de las llamadas Cascadas Gemelas.
Un buen rato más tarde llegaremos a la segunda cascada, un poco más grande y ruidosa. A esta altura ya escasean las piedras y será el momento de hacer un alto en el camino para colocarse los crampones y escuchar algunos consejos sobre cómo caminar sobre el hielo, en el caso de que no tengamos experiencia en ello.
En mi caso no era la primera vez que caminaba sobre un glaciar. Es una experiencia tan increíble que cuando la practicas por primera vez tienes que repetirla.
Comienza la diversión.
Ruta sobre el hielo del glaciar Calluqueo
Caminar sobre hielo es algo que cualquier persona puede hacer, pero cansa bastante.
A pesar de que la pendiente no es muy fuerte, es bastante constante. Unos 20 grados de inclinación aproximadamente, aunque por momentos es algo mayor. Teniendo en cuenta esto, y que para subir hay que realizar un esfuerzo extra inclinando el cuerpo hacia adelante, el cansancio se agudiza cuando llevas un par de horas de paseo.
El sonido del agua discurriendo por la superficie del glaciar, formando pequeños riachuelos que en ocasiones aparecen y desaparecen por pequeños agujeros en el hielo, solo se ve alterado en algunos momentos por crujidos y pequeños desprendimientos de piedras, que en la mayoría de ocasiones no sabemos de donde vienen.
Es lógico, pues todos los glaciares tienen vida propia, desplazándose de forma muy lenta pero siempre hacia abajo, lo que origina grietas y cuevas efímeras, que tal vez hoy se puedan ver pero mañana ya habrán pasado a mejor vida.
Se cruzan varias grietas con mucha profundidad, aunque estrechas, por lo que no hay peligro al atravesarlas. Pero siempre hay que ir con mucha precaución y mirando bien dónde vamos a pisar.
Si queremos contemplar las vistas o hacer fotografías, mejor detenerse en un lugar seguro. En cualquier caso, el guía siempre está pendiente de nuestros pasos en los momentos más complicados por lo que pueda pasar.
Como se puede apreciar en algunas fotos, el hielo está bastante sucio, cubierto de pequeñas piedras y arena, muy similar al glaciar Exploradores.
Una hora de caminata sobre hielo más tarde llegaremos a un punto en el que se tienen unas excelentes vistas de la laguna y los bosques que la rodean.
Y poco después llegará el momento de buscar un lugar para comer. El improvisado comedor será un pequeño espacio plano y resguardado del viento. Tras un sándwich, un zumo de frutas y algunas barritas y chocolatinas, emprenderemos el camino de regreso siguiendo el mismo itinerario.
Es el momento de tomar las últimas fotografías a las curiosas formas que crea el hielo y despedirse del glaciar hasta la próxima visita.
Mi opinión sobre el trekking en el glaciar Calluqueo
Con todo lo que comento no quiero decir que sea un trekking de dificultad alta ni recomendar que no se realice. Al contrario, tras mi experiencia caminando por el hielo puedo decir que es una experiencia muy gratificante conociendo un lugar maravilloso y con unas vistas increíbles.
Pero sí creo que hay que tener un mínimo de forma física para hacer el trekking, y tener muy claro que no será un paseo sencillo. A mi por lo menos me dejó agotado, ya que a la caminata sobre hielo hay que añadir la caminata previa sobre piedras.
Divertido y bonito, pero agotador.
Lamentablemente el día estuvo gris. Por este motivo muchas fotografías quedaron algo apagadas. Se echaron de menos los detalles azulados del hielo glaciar en contacto con los rayos del sol, y tampoco se vio en ningún momento el imponente monte San Lorenzo al fondo.
Pero es lo que tiene el clima en la Patagonia, completamente caprichoso e impredecible. Viento, lluvia, nieve, granizo, o sol, nunca sabes qué te deparará la siguiente mañana.
El glaciar Calluqueo y los efectos del cambio climático
El glaciar Calluqueo también sufre los efectos del cambio climático. En los últimos cinco años ha perdido unos 200 metros de longitud, y también algo de espesor, una historia que se viene repitiendo en la mayoría de glaciares de la Patagonia, y del mundo en general, y que lamentablemente llevará a muchos de ellos a su completa desaparición en cuestión de unas pocas décadas.
Pero más impactante es saber que cuando fue descubierto por el sacerdote salesiano italiano Alberto María De Agostini, allá por el año 1940, el hielo llegaba hasta la mitad de la actual laguna.
Aunque tan solo hay que ver las fotografías para darse cuenta de que en otros tiempos el hielo cubría por completo la laguna.