Resumen fotográfico y viajero de 2013

Ahora que se va acabando el 2013 toca hacer resumen de viajes y fotos interesantes durante el año. Conforme he ido abriendo carpetas del disco duro han ido surgiendo recuerdos de buenos momentos, curiosidades y anécdotas, que es realmente lo bueno que queda de estos viajes. A pesar de que ha sido un año raro, con muchos altibajos y varios cambios en mi vida tanto personal como laboral, y de que me propuse una serie de destinos a los que me habría gustado ir durante estos doce meses y que apenas he cumplido, he de reconocer que ha sido un año intenso en cuanto a pequeñas escapadas y he aprendido mucho sobre fotografía, así que no me voy a quejar.

Enero:
El año empezó fuerte. Nada más pasar las navidades disfruté de un frío fin de semana rural en Olmedo, y aproveché para conocer Tordesillas, Medina del Campo y las impresionantes bodegas subterráneas del Grupo Yllera.

A continuación tocó el primero de los destinos europeos del año: Bélgica. Fue una escapada rápida, tan sólo cinco días para conocer una preciosa Brujas nevada, Gante con niebla y Bruselas en menos de 24 horas.

La siguiente parada fue Fitur, donde aproveché para hacer algunos contactos, reencontrarme con muchos bloggers amigos y poner cara a otros con los que mantenía contacto a través de las redes sociales. En breve toca de nuevo volver a Fitur!

Muchas de las veces que voy a Valencia aprovecho para conocer algún sitio en la ciudad o cerca y sacar algunas fotos con mi padre, al que también le gusta la fotografía. En esta ocasión aprovechamos para dar un paseo por el centro y ver la remodelada Plaza Redonda.

Y para acabar el mes, aprovechando la visita de un buen amigo, dimos un paseo fotográfico por el madrileño barrio de Malasaña.

Febrero:
Tras un enero fuerte llegó la calma. Varios fines de semana en Madrid dieron para visitar lugares como el Mercado de San Miguel o el Mercado de la Cebada.

Y en una visita a Cuenca aproveché para subir a la Ermita de San Julián, que no conocía.

Marzo:
En el tercer mes del año quise regresar al Parque del Capricho para tomar algunas fotos nuevas y completar mi inacabado artículo sobre este precioso jardín.

Como ya suele ser habitual, me planté en Valencia a fotografiar las fallas como un turista. Desde que vivo en Madrid disfruto cada vez más de esta gran fiesta de mi tierra.

Y en Semana Santa, por falta de presupuesto, volví para Cuenca y aproveché para volver al Nacimiento del Río Cuervo, conocer la Balsa de Valdemoro de la Sierra y conocer pueblos como Cañete. Las procesiones de la ciudad se me volvieron a resistir.

Abril:
Durante el cuarto mes tampoco salí mucho de Madrid. Me dio por ver sitios diferentes como el Cementerio de la Almudena, que he de reconocer es una pasada, y el de San Isidro, que no me pareció para tanto.

Hice una bonita ruta de senderismo por el Puerto de Canencia hasta la Chorrera de Mojonavalle y el Arroyo del Sestil del Maillo, y subí al Mirador de los Robledos, también en la sierra madrileña.

Y para acabar el mes fui al evento Cochinillo and Twitts, donde aparte de degustar un rico cochinillo en compañía de más bloggers, conocí el Castillo de Coca.

Mayo:
Para el quinto mes vinieron un par de eventos. El primero me llevó a conocer la madrileña Sierra del Rincón, una bonita y poco conocida zona que gracias a los amigos de El Bulín pude conocer.

Y más tarde acudí al TBMCatSur que se celebró en Tarragona, con más de 200 bloggers y donde además de conocer la ciudad disfrutamos de paseos por su costa y varias actividades más.

El último fin de semana de mayo y los primeros de junio aproveché las prácticas de un curso de fotografía para recorrer el barrio de Lavapiés tratando de captar su multiculturalidad, y me vino muy bien que en esas fechas se celebrara BollyMadrid.

Junio:
El segundo destino europeo del año llegó con el sexto mes, y fue una de las ciudades a las que llevaba años queriendo ir: Oporto. Tan solo estuve tres días pero me harté de hacer fotos a esas calles caoticamente encantadoras que a casi todo el mundo enamoran. Lo malo de este viaje es que a partir de ese momento estuve dos meses sin mi cámara.

Julio:
Durante este mes, además de no tener cámara tampoco tuve opción de hacer muchas escapadas los fines de semana, pero sí pasé unos días en Valencia, donde aproveché para hacer una ruta de senderismo por el Carrascal de la Font Roja en Alcoy junto a mis padres, y coger un avión para pasar cinco días en Manchester y Liverpool.

Agosto:
Si junio y julio fueron tranquilos, agosto llegó casi a ser aburrido, aunque dediqué más tiempo a intentar ponerme al día con artículos que tenía pendientes. Ya casi a final de mes hice una bonita ruta por la sierra madrileña, concretamente subiendo al Puerto de la Fuenfría, y pasé un intenso fin de semana en Bilbao, donde conocí el Guggenheim, el Puente Vizcaya, la rica gastronomía de la ciudad y un lugar impresionante como esSan Juan de Gaztelugatxe.

Septiembre:
El noveno mes siguió la misma línea que los anteriores. Cuando ya tuve de nuevo mi cámara hice una ruta de senderismo por el Pontón de la Oliva hasta la Presa de Navarejos y regresar a los Pueblos Negros de Guadalajara.

Y sin salir de Madrid me dediqué a pasear algunas mañanas en busca de zapatillas colgadas en los cables de teléfono en las calles del centro, lo que ahora se llama Shoeffiti.

Octubre:
En octubre decidí que había que ponerse las pilas y tiré para el oeste. Primero pasé un fin de semana en Trujillo, donde aproveché para hacer todas las fotos que no pude hacer en mi anterior visita a este bonito pueblo, y pasé un interesante día conociendo una bonita ciudad como Cáceres.

El siguiente fin de semana fui a Salamanca, y a pesar de que conseguí algunas fotos que me encantan, no acabo de pillarle el punto a esta ciudad. El próximo año tendré que volver otra vez en busca de algo más que bonitas fotos.

Y para acabar el mes, fui con mi amiga Cristina a dar un paseo por el Castañar de El Tiemblo, donde supuestamente ibamos a encontrar los comienzos del otoño y nos encontramos con una lluvia de castañas. Eso sí, el lugar merece mucho la pena.

Noviembre:
El mes de mi cumpleaños ha sido uno de los más intensos. Me empeñé en buscar el otoño y no paré hasta conseguirlo. El primer fin de semana celebré mis 34 años en Valencia y aproveché para hacer una escapadita a Peñíscola con un amigo, donde disfrutamos de una buena fideuá y un paseo por la costa en la Sierra de Irta.

El siguiente fin de semana lo pasé en el sur de Gredos, disfrutando de un bonito pueblo como Candeleda y su entorno, además de hacer una ruta hasta La Puente del Puerto, donde se empezaba a intuir un poco ese otoño que no acababa de entrar.

Para mitad de mes volví a la Sierra del Rincón en busca del Hayedo de Montejo en otoño, y me encontré con la primera nevada del año. Además conocí más a fondo los pueblos de Montejo, Horcajuelo y Buitrago.

Y para acabar el mes y con el mi año viajero fui a cumplir mi promesa de ir al menos una vez al año a Andorra. Fueron 9 días intensos de fotos y frío, con una nevada tan fuerte que llegó a hacerme pensar que no podría volver a Madrid el último día.

Diciembre:
Sobre diciembre poco hay que decir. Personalmente ha sido un buen mes, con mucho trabajo y otras cosas buenas, pero pocas escapadas y ninguna foto. Tocaba descansar un poco también y recargar las pilas para pasar la Navidad en familia y preparar el próximo año.

Esta vez no voy a escribir mis deseos para 2014. Sencillamente prefiero dejar que todo vaya fluyendo y surjan los viajes que más apetezcan en cada momento, sin marcarme unos objetivos fijos ni decir que quiero ir a determinados países o ciudades, aunque es cierto que como todo el mundo tengo mis preferencias y seguramente volaré a ciudades europeas todo lo que me sea posible y tal vez haga un viaje algo más lejano, que ya va siendo hora. Lo que si tengo claro es que el año va a empezar muy bien!

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